Tofu frito

     La temporada en que Rodrigo fue vegetariano, me sirvió para investigar muchas cosas y conocer nuevos sabores. Él ha vuelto al redil, como dice Juanma, pero la que se está saliendo un tanto  soy yo ahora.
     El tofu es un producto derivado de la soja, que nos aporta proteínas vegetales, y....que no sabe a nada. uo lo camuflo utilizándolo como carne en los guisos tradicionales, y añadiendo diferentes especias, según lo que quiero conseguir. Además tiene una textura quebradiza, pero encontré esta manera de hacerlo un poco más firme, y así me gusta bastante más. Así que ésto, más que una receta, es un procedimiento, el tofu así hecho, con o sin especias, lo podemos utilizar a nuestro gusto.

Ingredientes

  • Tofu
  • Especias
  • Aceite

     en realidad, lo único que hay que hacer es comprar un paquete de tofu normal, básico, secarlo bien con papel de cocina, envolverlo en varias capas de papel absorbente, volver a envolver el conjunto con un paño de cocina limpio, y dejar reposar en la nevera, con un peso encima, durante varias horas.
Pasado este tiempo, lo sacamos,, desenvolvemos, y cortamos en cubos, tiras o como más nos acomode, con ayuda de un cuchillo afilado. Lo espolvoreamos de las especias que queramos, aunque este paso también podemos hacerlo antes de envolverlo en el papel, y lo pasamos por la sartén, pincelada de aceite, a fuego medio, y dorándolo por todas sus caras. De esta forma, se forma una costra bastante interesante, que le aporta una textura que, al menos a mí, me encanta.

Tajine de verduras

     Me enamoró este guiso. Lo probé de manos de un gran cocinero, que lo tuvo al amor del fuego durante casi 3 horas, en un tajine de barro marroquí auténtico. Las verduras estaban deliciosas, caramelizadas, tiernas....Yo no tengo tajine (de momento, jajaja), así que he utilizado una cocotte en mi cocina de inducción,, ya que el fundamento es el mismo, hacer a fuego muy lento. El tajine tiene un pequeño orificio por donde sale el vapor, y un hueco para poner agua fría, de modo que el vapor que sube, se enfríe y caiga de nuevo sobre el guiso. mi cocotte tiene también algo parecido, y eso fui haciendo, poner agua fría e ir renovándola de vez en cuando. No estaba tan delicioso como el de Amin, pero estaba muy rico. No descarto hacerlo en un tajine, utilizando el paellero.

Ingredientes

  • Calabacín
  • Cebolla
  • Coliflor
  • Pimiento
  • Alcachofas
  • Champiñones
  • Judías verdes anchas
  • Zanahoria
  • Berenjena
  • Patata
  • Tomate
  • Aceitunas picantes
  • Orejones
  • Dátiles
  • Limones a rodajas
  • Canela en rama
  • Ras el hanout
  • Sal
  • AOVE
  • Cuscus para acompañar

     Troceamos las verduras, las sofreímos en el aceite, añadimos los dátiles, los orejones, las aceitunas, la canela en un par de trozos, las especias y removemos bien, disponiéndolo todo de forma que cubra el fondo del recipiente. Ponemos un poco de agua para que se genere el vapor, y cubrimos con unas rodajas finas de limón. Tapamos y dejamos cocinar a fuego muy bajo, durante 2 horas y media.
     Si lo vamos a acompañar de cuscús, pues cocemos éste, y a la hora de servir, un poco de cada cosa en el plato, y a disfrutar de esos deliciosos sabores.

Caldo Dashi

     Tantas cosas hay para descubrir....en todos los campos. Este caldo ha sido uno de mis últimos descubrimientos. Tradicional de la gastronomía japonesa, forma parte de la cocina macrobiótica, me ha servido para adentrarme en el mundo de las algas, y es fácil de hacer y bien reconfortante para esta fría primavera que acabamos de inaugurar. Y es la base para muchas otras preparaciones, como la sopa de miso, el ramen, tec.
     Este caldo, tradicionalmente, se prepara utilizando alga Kombu y copos de bonito seco (katsuobushi), pero también existe la versión vegetariana, donde para dar sabor, utilizamos setas shitake, y éste es el que yo he hecho.

Ingredientes

  • 600 ml de agua
  • Un trozo de alga kombu  seca (del tamaño de una postal)
  • 3 setas shitake 

     Limpiamos el alga con un paño húmedo para quitarle la capa blanca, y la ponemos en remojo, unos 20 minutos, para rehidratarla. entonces la ponemos en un cazo junto con el agua y las setas limpias, y lo llevamos a ebullición a fuego medio, debe tardar unos 10 minutos en empezar a hervir. Cuando aparezcan las primeras burbujas, retiramos el alga del cazo. Dejamos hervir 5 o 10 minutos, apagamos el fuego, colamos, y ya tenemos el caldo listo para ser utilizado.
     Este caldo se encuentra también en versión instantánea. Hay quienes dicen que no se debe congelar, y otros que sí. Fundamentalmente se refieren al sabor, así que, cada uno que haga lo que deba. Realmente, no cuesta nada de preparar, pero a veces, a mí al menos, se me va la mano con las cantidades.

Buñuelos de calabaza

     Estas fallas han sido diferentes. Es la primera vez que no voy a mi Valencia en, al menos, 18 años. Las cosas vienen como vienen, y no hay que forzar, pues , como decía mi madre, "Hasta el cantar quiere ganas". Y este año ha venido así. Y, entre las muchas diferencias, he hecho, por primera vez, buñuelos de calabaza. Ha sido una experiencia bonita, Vero y yo hemos hecho una mezcla de recetas de las que hemos encontrado, y nos han salido unos buñuelos deliciosos, con el fallo de que la calabaza utilizada no ha sido la apropiada, que tiene que ser la chata y redonda, la valenciana. De todas formas, estaban muy buenos, y ya lo sabemos para la próxima vez.
     He descubierto un refrán valenciano que me encanta: "Cada santet té el seu dolçet". Y es bien cierto, en muchas culturas. Tenemos los bollos de santa Lucía, el Roscón de reyes, las coronas de Santa Orosia, los rollos de san Blas, la tarta de Santiago, la coca de San Juan,......Y los buñuelos de calabaza de San José. El olor de los buñuelos, el de la pólvora quemada y el del azahar, son los que conforman el olor de las fallas. Así que hoy, Día de San José toca ésto.

Ingredientes

  • 400 gr de puré de calabaza
  • 300 gr de harina de fuerza
  • 30 gr de levadura fresca
  • Una pizca de sal
  • Un par de cucharadas de azúcar (según el dulzor de la calabaza)
  • Aceite de girasol para freír
  • Un chorrito de vinagre.

     Asamos calabaza. Aunque también puede hervirse, o hacerse al vapor. Nosotras leímos que, asándola, obtendríamos unos buñuelos de mejor sabor y color, y eso hemos hecho. Pero puede también hervirse, o bien hacer al vapor, con el fin de que coja menos agua. Una vez cocinada de la manera que decidamos, la trituramos para obtener el puré, y tomamos 400 gr.
     Cogemos la levadura fresca y la deshacemos, desmenuzándola con los dedos dentro de la harina. Esta vez he utilizado harina de fuerza, pero sólo lo leí en un sitio, el resto no especificaba el tipo de harina. Ya deshecha, lo añadimos al puré de calabaza, mezclándolo bien. Si la calabaza no es muy dulce, podemos incorporar un par de cucharadas de azúcar. Añadimos también una pizca de sal. Amasamos bien, y dejamos reposar, tapado y en un sitio cálido, hasta que la masa doble su volumen.
     Ponemos en una sartén honda o en una cacerola, abundante aceite de girasol a calentar. También hemos leído que, añadiendo un chorrito de vinagre al aceite, los buñuelos quedan menos aceitosos, así que, obedientes que somos, así lo hemos hecho. Y realmente, no han quedado nada aceitosos.
     Cuando el aceite esté caliente, vamos cogiendo pellizcos de la masa con los 4 dedos de la mano, y, mientras lo echamos en la sartén, con el dedo pulgar hacemos un agujero en el centro del pellizco de masa. No los haremos demasiado grandes, para que no se vayan al fondo de la sartén debido a su peso excesivo, y los haremos a fuego medio, con el fin de que no se quemen por fuera mientras por dentro siguen crudos. Los freímos hasta que estén dorados, dándoles la vuelta cuando ya están hechos por un lado, y los sacamos a un plato sobre papel absorbente. Si queremos, espolvoreamos con azúcar, o los servimos junto a ella para que cada cual se los endulce a su gusto.
     Nos han salido unos buñuelos esponjosos, muy ricos, a pesar de que hemos usado una calabaza poco dulce, excesivamente fibrosa y con un sabor particular. Pero los próximos, estarán de mayor vicio.
     Y así, junto con un delicioso chocolate, acompañada de unos excelentes amigos, y comunicándome por whatssapp con mis hijos, he pasado una muy buena mañana de San José, atípica y diferente, pero buena. En la filosofía de éste día, festividad del patrón de los carpinteros, va el deshacerse de las cosas viejas, inservibles, limpiar la basura del taller y hacer una gran hoguera, que ponga luz donde había oscuridad y que de la bienvenida a la primavera, que "per la senda de les flors ja ve l´estiu". Confiemos en que lo mejor está por llegar. Amén.