Verdinas con marisco

     Encontré las verdinas, cosa que no es fácil, y en la tienda me aconsejaron que las hiciese con marisco. He buscado recetas, y al final, he hecho un compendio de varias de ellas. La verdad es que el resultado es delicioso.

Ingredientes

  • Alubias verdinas
  • Fumet
  • Sepia
  • Gamba listada
  • Almejas
  • Cebolla
  • Ajo
  • Aceite de oliva
  • Sal

     La noche de antes hay que poner las alubias en remojo.
     Ponemos las legumbres a cocer en una olla. Cuando empiecen a hervir, las "asustamos" con un vaso de agua fría 3 veces, y ya las dejamos cocer. Yo tengo una cocotte y las he tenido durante 4 horas a fuego muy lento. Y me he olvidado de ellas, he ido a la compra,..... Al principio tapada, pero luego destapada y cociendo a fuego vivo durante unos 20 minutos, cuando estaban casi cocidas, para que el caldo coja cuerpo. También es importante mover la cacerola desde las asas, levantándola y agitándola, sin meter la cuchara para no romper las legumbres.
     Lavamos las gambas y las pelamos, reservando cabezas y cáscaras.
     Ponemos las almejas en remojo en agua con sal para que suelten los restos de arena que puedan tener, las enjuagamos bien, frotándolas entre ellas, y las abrimos al vapor en una cacerola aparte. Nada más se abran las retiramos del fuego, y reservamos el caldo.
     En una cacerola, ponemos aceite y sofreímos las sepia, cortada en trozos pequeños. Apartamos y reservamos.
     En ese aceite freímos la cebolla troceada y a continuación el ajo, pelado y picado. Añadimos las cáscaras y cabezas de las gambas, freímos también, regamos con el fumet y dejamos cocer todo junto unos 10 minutos. Entonces lo trituramos todo y lo pasamos por el chino. Añadimos el caldo que soltaron las almejas, y lo echamos todo sobre las alubias, moviendo bien la cacerola.
     Cada hora, con cuidado, probaremos el punto de cocción de las verdinas. cuando empiecen a estar blandas, añadimos la sepia, para que se termine de cocinar.
     Y cuando veamos que ya están blandas, probamos y ajustamos de sal, apagamos el fuego, añadimos los cuerpos de las gambas y las almejas que teníamos reservados, tapamos la cacerola y dejamos reposar 10 minutos.
     Me ha sorprendido gratamente el resultado. La legumbre tiene un sabor muy delicado, y la combinación con el marisco ha sido brutal.

Arròs del senyoret

     La vida nos da muchas sorpresas. De manera directa o indirecta. Y debemos dar las gracias por las buenas, e intentar aprender de las que no lo son tanto. En este caso, la sorpresa ha sido grata hasta límites insospechados. Y apareció en forma de una preciosidad rubia que hizo que la sonrisa de mi hijo volviese a aparecer. Sólo por eso, tiene mi agradecimiento más profundo. Además, tiene unos padres y una hermana que son estupendos, que han acogido a mi hijo como uno más (es que mi niño también es un sol), con los que hemos compartido compañía, mesa,  amistad, y que me han descubierto preciosos parajes que tenía tan cerca y a la vez tan lejos. No puedo más que dar las gracias por todo ello.
     Después de una ruta de senderismo estupenda, tuvimos el colofón de una cerveza bien fresquita. Y, ¿cómo podríamos mejorar ésto?. Pues....con un arròs del senyoret. Y en vista de que todos estuvimos de acuerdo, quedó emplazado para la próxima ruta. Porque después del esfuerzo, de madrugar, de caminar, de cansarte, de llenarte los ojos con las maravillas de la naturaleza...una comida rodeada de tus hijos y tus  amigos, tranquilamente, en el patio, sin prisa....es un privilegio que se debe saborear como es debido.

Ingredientes
Fumet
  • Huesos de rape, merluza
  • Morralla
  • Cabezas y cáscaras de gambas
  • Cebolla
  • Sal
Paella
  • Salmorreta
  • Rape
  • Sepia
  • Emperador
  • Gambas
  • Mejillones
  • Cebolla picada
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Azafrán
  • Arroz bomba

     Preparamos el caldo, que puede estar hecho con antelación. Podemos hacerlo echando en una olla con agua todos los ingredientes, espumando cuando hierva, y dejando cocer unos 20-30 minutos, o bien poniendo un poco de aceite en la cacerola, sofriendo las cáscaras de las gambas y la cebolla, y entonces echar el agua y el pescado y dejando cocer de igual manera. Cuando está hecho, colamos y reservamos. si algún pescado tiene mollas, las podemos recuperar, y las añadiremos a la paella cuando echemos el caldo.
     Abrimos los mejillones al vapor, reservamos, y el caldo que sueltan lo colamos y lo añadimos al fumet. Retiramos las valvas. El nombre de éste arroz, arroz del señorito en valenciano, hace referencia a que está todo desmigado, cortado, pelado, no hará falta ensuciarse las manos, sólo comer.
     Para preparar el arroz, ponemos una paella al fuego con aceite de oliva, la nivelamos y empezamos friendo la cebolla sin que se queme, después la sepia troceada, y a continuación el resto del pescado cortado en dados, y las gambas. Yo suelo retirar entonces el pescado para que no se haga demasiado y quede seco.
     Una vez hecho ésto, añadimos la salmorreta, sofreímos y añadimos el arroz, a razón de 80-100 gr por persona. Le damos unas vueltas y añadimos el fumet . Dos partes y media de caldo por cada parte de arroz.
     Cuando el caldo hierva añadimos el azafrán y probamos de sal. Debe estar ligeramente salado, pues el arroz absorbe mucha sal. Debe cocer unos 15 minutos. Los primeros 5 a fuego vivo, y después bajamos el fuego.
     Cuando falten unos 2 minutos, repartimos por la paella el pescado, cuerpos de gambas y mejillones reservado, que sólo han de integrarse, ya están cocinados.
     Apagamos y dejamos reposar unos minutos antes de servir.
     Y sólo queda sentarse alrededor de la paella, coger otra Turia bien fresquita, y disfrutar del arroz, pero mucho más de la compañía. Y cuando hayamos terminado de comer "Poc, malament i a disgust", reposamos la comida con un café, una buena conversación y un gin tonic, con o sin mariconadas. Y daremos gracias por ese momento estupendo, donde podremos planificar la próxima ruta o el próximo viaje,  contarnos nuestra vida, o alegrarnos de lo felices que son nuestros hijos. Realmente, la vida se compone de todas esas pequeñas cosas. De que no vea la Turia con los mismos ojos. De aquel bacalao de Madrid en versión chicas. Y luego todos. De aquel guardia de movilidad tan simpático. Del templo de Debod. De Vero 1 y Vero 2. De los chicos camino del Santiago Bernabeu. De los encuentros con la poli. De las pirañas atacando el plato de Judith. Gracias.

     Me encanta esta foto. Tres familias que hace un año ni se hubieran imaginado este viaje con esta compañía. Pero todos formando un círculo, con el pie en el principio de un camino (tres de ellos, de hecho, empezaban la Universidad en tres semanas) y con el paso firme, ampliando nuestros círculos y aprendiendo unos de otros. Y, de vez en cuando, una cervecita. Que son dos días.

Caldo refrito

     Durante años oí a mi madre que iba a hacerse para cenar un caldo refrito. Y nunca me sedujo el nombre. Pero será que me estoy haciendo mayor, es, de hecho, y que todos los platos que me suenan a antiguo, a tradicional, a de siempre, quiero al menos probarlos. Y llegó la hora de éste. Cocina de aprovechamiento, de subsistencia, de lo que haya. Sabia cocina de toda la vida, que preparó mi madre anoche, y que cenamos juntas.

Ingredientes (1 persona)

  • 1 ajo
  • 1 rebanada de pan del día anterior
  • 1 huevo
  • 1 chorrito de aceite
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1 vaso de agua

     Lo hemos hecho con la batidora, pero se hacía en el mortero, claro. En el vaso de la batidora ponemos el ajo y la sal.
     Calentamos el aceite en una sartén y freímos la rebanada de pan, la apartamos y la echamos al vaso de la batidora, añadimos un poco de agua y trituramos.
     Freímos el huevo, lo añadimos al vaso, y trituramos también. Entonces echamos en la sartén todo el majado y el resto del agua, y cocemos hasta que espese un poco. Probamos de sal. Debe comerse con cuchara, por lo que igual requiere algo más o menos de agua. Servimos y a cenar.
     Dice mi madre que era una comida que se daba a las mujeres que acababan de parir, y en ese caso, si se podía, se mataba un pollo o una gallina para hacer ese caldo milagroso que saben hacer todas las madres y que resucita a un muerto, con el fin de que tuviese leche. En este caso, también se le añadía el hígado y la molleja del animal, que se freían con el pan y el huevo y se majaban de igual forma.
     Una cena rápida, básica, reconfortante. Sencilla y reparadora. Gracias mamá.

Marmitako

      En julio de 2018 he viajado al País vasco, un lugar donde nunca había estado, y que me ha encantado. Sus maravillosos paisajes y su gastronomía no necesitan que yo los describa. Esas barras atestadas de pintxos que hacían que elegir fuera una tortura. Y el marmitako, que no llegamos a probar.
     En ese viaje coincidí con tres personas encantadoras. Merche me vio sola y enseguida me ofreció la bolsa de papas que acababa de comprar. Ella, que también viajaba sola, ya había empezado, en el autobús a hablar con sus vecinos de delante, Paqui y Edu. Y allí empezó nuestro grupito. Nos sentábamos juntos a desayunar y cenar en el hotel, en las excursiones, nos íbamos juntos de pintxos, de paseo en el tiempo libre, de compras, y a pasear bajo los plataneros, jajaja.
     Ellos tenían ganas de probar el marmitako, pero por una cosa u otra, no tuvimos ocasión. Sí disfrutamos del bacalo, de txacolí, de aquellas txapelas rellenas de la confitería Goya de Vitoria-Gasteiz, y de tantas otras cosas que hicieron de la vuelta a casa, la vuelta, también, a la ensalada.
     Hace unas semanas encontré bonito en la pescadería. E hice el marmitako. Delicioso. yo tampoco lo había comido nunca, y fue un descubrimiento estupendo. Así que ahí va la receta, sacada del blog Recetas de rechupete, aunque básicamente, todas las recetas de marmitako que encontré eran muy parecidas.

Ingredientes (6 personas)

  • 1 kg de bonito a tacos
  • 1 kg de patatas
  • 3 pimientos verdes
  • 2 pimientos choriceros
  • 1 cebolla
  • 3 ajos
  • 2 tomates maduros
  • Caldo de pescado
  • 1/2 vaso de vino blanco
  • 1 cucharada colmada de pimentón de la Vera dulce
  • 2 guindillas
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Perejil

     La noche anterior ponemos los pimientos choriceros en remojo, o bien 1 hora en agua hirviendo.
     Picamos el pimiento verde en trozos medianos.
     Pelamos, despepitamos y picamos en trozos medianos el tomate.
     Picamos finamente la cebolla y el ajo.
     En una cacerola ponemos aceite y sofreímos todo lo anterior. Mientras, pelamos y chascamos las patatas, en trozos medianos.
     Cuando la cebolla esté transparente, añadimos las patatas, damos unas vueltas y a continuación añadimos el pimentón, fuera del fuego, removemos, añadimos el vino, volvemos a poner al fuego, y dejamos cocinar 2 minutos, para que se evapore el alcohol. Cubrimos con caldo de pescado y lo dejamos cocer a fuego bajo.
     Sacamos los pimientos choriceros del remojo, los abrimos a lo largo, retiramos la cabeza y las semillas y lo dejamos caer en la superficie del guiso, así como las cayenas. dejamos cocer alrededor de 1 hora. Si se evapora demasiado el caldo, añadimos más. y vamos removiendo la cazuela con las manos, para que engorde la salsa, y no con la cuchara para no romper las patatas.
     Cuando llevamos media hora de cocción, sacamos los pimientos choriceros, y con una cucharilla, arrastramos la carne del interior, la volvemos a añadir al guiso, movemos la cacerola para mezclar, y dejamos la media hora restante que continúe la cocción.
     Cuando la patata estás tierna, probamos de sal, retiramos las guindillas y añadimos los tacos de bonito, dejando cocer a fuego bajo 5 minutos m´ñas, y ya, para que la carne quede jugosa, pues el bonito se seca enseguida.
      Si queremos, servimos espolvoreado de perejil picado.


     Espero que os sirva la receta, que hagais un marmitako de rechupete, lo acompañeis de un buen txacolí y unas piparras, y os transporteis, conmigo, a aquellos paisajes tan espectaculares de los que disfrutamos. Un beso, chicos.

Coca de San Juan

     Y seguimos con el refrán valenciano que dice que "Cada santet té el seu dolçet", y hoy le toca a la coca de San Juan. Una coca deliciosa para una noche con muchas connotaciones mágicas y populares; antes de la aparición de la publicidad y los grandes almacenes, éste era el día considerado "de los enamorados", y aunque haya perdido ese rango, no lo ha hecho con la magia y la tradición.
     En el blog Salseando en la cocina he encontrado muchas recetas que me han encantado, y allí me fui a buscar también ésta, aunque yo la haya hecho sin rellenar.

Ingredientes
Para la base

  • 325 gr de harina de fuerza
  • 2 huevos
  • 130 ml de leche
  • 25 gr de levadura fresca
  • 70 gr de azúcar
  • 65 gr de mantequilla
  • 2 gr de sal
  • Ralladura de limón

Para la crema

  • 625 ml de leche entera
  • 5 yemas
  • 150 gr de azúcar
  • 50 gr de Maicena o almidón
  • 1 palo de canela
  • La parte amarilla de la piel de 1 limón

Para decorar

  • 1 huevo
  • 50 gr de piñones
  • Guindas confitadas
  • 100 gr de azúcar humedecida

     Esta receta yo la hice en 3 tiempos. El primer día hice la crema, y cuando se enfrió, la puse en una manga pastelera con la boquilla montada, y la dejé en la nevera hasta el día de autos. Al día siguiente hice la masa del brioche de la base, y la dejé en la nevera, ya que no iba a estar en casa, hasta el día siguiente. Y en el tercer tiempo, monté la base, la decoré y la horneé. El resultado es que, sin agobios y a pesar de no poder estar en casa, nos comimos una coca deliciosa, esponjosa y recién horneada.
     La crema
     Para hacer la crema, ponemos en un cazo la leche con la canela y la piel del limón, la llevamos a ebullición, apagamos en fuego, y dejamos en infusión hasta que se enfríe.
     Aparte, batimos las yemas junto con el azúcar, hasta que blanqueen y dupliquen su volumen.
     En un poco de leche fría, disolvemos la Maicena y la agregamos, colándola por un colador de malla fina, a la mezcla de las yemas. Cuando esté bien integrada, añadiremos la leche poco a poco, colándola también. Es importante que no esté caliente, porque podríamos cuajar las yemas. Una vez todo mezclado, la ponemos en un cazo al fuego muy suave, y removemos constantemente hasta que espese. si vemos que hierve pero no ha espesado, apartamos del fuego un momento, removemos, y al fuego otra vez. cuando alcance la consistencia de crema, la apartamos del fuego y continuamos moviendo unos minutos. Dejamos enfriar sin tapar, para que el agua de condensación no la licúe, removiendo de vez en cuando para evitar que se forme  costra en la superficie. Cuando esté a temperatura ambiente, ya se puede tapar con un film, en contacto con la superficie, y guardar en la nevera. O meterla directamente en una manga pastelera y meterla en la nevera.
     El brioche
     En una amasadora, mezclamos los huevos, la mantequilla derretida, el azúcar, la sal y la ralladura.
     Templamos un poco la leche y disolvemos la levadura en ella. entonces la añadimos a la masa.
     Tamizamos la harina y la vamos echando en forma de lluvia y poco a poco, utilizando el gancho amasador de la amasadora. Es una masa muy ligera, difícil de manejar, pero deliciosa y nada pesada. Tapamos el bol y lo dejamos hasta que la masa triplique su volumen. este fue el momento en que yo, tras mezclarlo todo, tapé el bol y lo tuve fermentando lentamente en la nevera, durante casi 24 horas. Luego hay que sacarlo de la nevera un rato antes para que se atempere.
     Cuando ésto haya sucedido, volcamos la masa, con ayuda de una espátula, en la mesa, ligerísimamente enharinada, y amasamos muy poco tiempo, sólo para desgasificar. Con la ayuda de un rodillo, la extendemos. Yo tuve que extenderla a mano, con las manos aceitadas y paciencia, pues intenté pasar el rodillo, poniendo antes un papel de hornear sobre la masa, y se me pegó mucho a dicho papel.
     Tapamos con un paño limpio y dejamos dentro del horno apagado hasta que la masa duplique su volumen.
     Ponemos los piñones en remojo, para que estén bien hidratados y luego no se quemen en el horno.
     Decoración
     Una vez levada la masa, la sacamos del horno, y precalentamos éste a 190ºC.
     Batimos el huevo y pintamos la superficie con mucha delicadeza, para que no se baje.
     Con la crema pastelera y la boquilla, dibujamos líneas diagonales en ambos sentidos, de forma que quede el dibujo de un enrejado. Después esparcir los piñones, escurridos y secos, y decorar con el azúcar ligeramente humedecido. La coca no queda muy dulce. Yo no he puesto las guindas porque luego, nadie se las come.
     Metemos en el horno y bajamos entonces la temperatura a 170ºC, con ventilador,y horneamos hasta que esté dorada, en las zonas donde se ve el huevo. Se hornea muy rápido, hay que estar pendientes desde el minuto 10, aunque a mí me ha costado unos 20 minutos.
     Una vez hecha, la sacamos del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla.
     Y ya, ya, sólo nos queda disfrutar de este dulce. o también podemos, "irnos a coger verbena, romero con hierbabuena, mañanita de San Juan...."


Raïm de bruixa

     También llamada Raïm de pastor (uva de pastor, uva de bruja), o uva de pájaro, o uña de gato. Es una planta suculenta que se encuentra en la montaña y en los tejados. En las rocas. y se puede confitar y comer, está bien rica como aperitivo. hoy, paseando por la sierra, la he encontrado y me he decidido a hacerla por primera vez.

Ingredientes

  • Raïm de bruixa
  • Agua mineral o filtrada
  • Sal
  • Vinagre
  • Hierbas aromáticas: tomillo. pebrella,...

     Recogemos la planta, la lavamos y la escaldamos en agua hirviendo hasta que cambia de color. La sacamos del agua y la dejamos enfriar.
     Preparamos unos botes de cristal bien limpios, y metemos los tallos dentro.
     Hacemos una salmuera. Yo la he hecho a razón de 100 gr de sal por litro de agua. Rellenamos los botes hasta 3/4 partes de su capacidad. Añadimos también las hierbas aromáticas que queramos. Yo he estado en el monte y no he cogido tomillo, por ejemplo, porque no lo necesitaba y no quería coger por coger. En ocasiones, cuando me ocurre ésto, recurro a los sobres de infusiones, quitandoles el cartón y la grapa si la tienen, y los pongo en infusión en el agua del encurtido. y eso he hecho esta vez.
     Rellenamos el 1/4 de capacidad que falta con vinagre. y a esperar una semana, para degustar este aperitivo.
     Así, con ésta uva de bruja, empezamos la noche de San Juan, la noche más mágica del año.

Macedonia

     Otra de mis recetas de la categoría "No receta", porque realmente más simple no puede ser. Pero he querido recogerla aquí por si alguna vez mis hijos la buscan o la recuerdan. Porque es un postre de lo más socorrido, fácil y delicioso. y porque en mi casa ha triunfado, y han buscado la fruta aquellos que a veces la rehuyen.... Parece mentira cómo gana las frutas en esta reunión de sabores, que gana con el reposo, por lo que es estupendo prepararla con antelación y olvidarnos.
     Los ingredientes varían según la temporada, los gustos de cada uno, lo que tengamos por casa,.....

Ingredientes

  • Manzana
  • Pera
  • Kiwi
  • Fresas
  • Mango
  • Piña
  • Plátano
  • Naranjas

     Pues tan sencillo como lavar, pelar y trocear las frutas, hacer zumo con las naranjas y verterlo por encima. Tapar y meter en la nevera.

Crema de brócoli

     Creo que de esta manera todos van a comer brócoli sin protestar. La crema está deliciosa. Fácil de preparar y con ingredientes sencillos, y apta para todas las estaciones, porque este año, ya veremos si cambiamos el refrán para el 50 de mayo....La ví en el blog de María y la verdad es que me ha encantado. Yo no le he puesto nata, a la próxima, pero desde luego, no le ha hecho falta. Y, de todas formas, en ésto de las cremas, cada uno, a su aire.

Ingredientes

  • 1 patata
  • 1 cebolla
  • 1 manzana
  • 1 "ramo" de brócoli
  • AOVE
  • Mantequilla
  • Caldo de verduras
  • Sal

Opcional

  • Nata
  • Sésamo
  • Alga nori
  • Cúrcuma
  • Picatostes

     En el aceite y/o la mantequilla, pocharemos la cebolla y la manzana troceadas. Cuando estén blandas, añadiremos la patata troceada y el brócoli en ramilletes pequeños. Damos unas vueltas, salamos y añadimos el caldo de verduras, o simplemente agua. Dejamos cocer unos 20 minutos, sin que se nos consuma el caldo totalmente, añadimos si hace falta. Dejamos enfriar y cuando se enfríe un poco, trituramos bien. Si tenía mucho caldo, apartamos un poco antes de triturar, con el fin de dejar la consistencia a nuestro gusto. volvemos a poner al fuego unos 5 minutos, y apagamos.
     Si nos gusta, podemos añadir un chorrito de nata antes de triturar, o al servir, o espolvorear con semillas de sésamo y trocitos de alga nori, como hice yo, o bien con cúrcuma, como hice otra vez, o con cualquier cosa que nos guste. Y ¡que aproveche!

Tortitas de patata

     Estas tortitas las hice para acompañar una carne a la plancha y las encontré por la red, como tortitas estilo Ikea. Sí, es verdad que se parecen.
     Los ingredientes son a ojo, no los he pesado.

Ingredientes

  • Patatas
  • Brócoli
  • Puerro
  • Mantequilla
  • Aceite
  • Sal
  • Queso rallado

     Ponemos a cocer las patatas peladas y troceadas, en agua con sal durante unos 20 minutos, o hasta que estén cocidas.
     Ponemos a cocer el brócoli en otro cazo, en agua con sal, durante unos 10 minutos.
     Troceamos muy finamente el puerro, y lo pochamos en una sartén con un poco de aceite de oliva.
     En un cuenco apartamos las patatas cocidas y las chafamos con el tenedor, añadiendo la mantequilla a trozos, que se fundirá con el calor de las patatas. Añadimos también el queso rallado, mezclamos bien, y añadimos a continuación el brócoli, también chafado o troceado, y el puerro.
     Mezclamos bien, probamos de sal, añadimos pimienta, y formamos las tortitas y las espolvoreamos con más queso rallado. Las ponemos en la bandeja del horno, precalentado a 200ºC, durante 15 minutos, o hasta que estén doradas a nuestro gusto.
   

Cromesquis de espinacas

     Con este nombre, que nunca había oído, descubrí estas croquetas en Webos fritos. Según he visto (Gastropedia), es una preparación de origen polaco, hecha con elementos finamente picados, ligados con una bechamel muy espesa, y rebozados en una pasta para freír. El caso es que es una croqueta deliciosa y que no da demasiado trabajo, pues se confecciona en dos tiempos. Yo he hecho menos cantidad de pasta, y he cambiado algún ingrediente.


Ingredientes
  • 300 gr de espinacas limpias
  • 200 gr de gambas listadas pequeñas
  • 65 gr de harina
  • 30 gr de mantequilla
  • 20 gr de aceite de oliva virgen extra
  • 265 gr de leche de almendras
  • 30 gr de caldo de gambas
  • Sal
  • Pasta Orly

     Cocer las espinacas en agua con sal durante 5 minutos, y escurrir muy bien para eliminar toda el agua posible.
     Pelar las gambas, lavar los cuerpos y las pieles y cabezas. Los cuerpos, pasarlos unos segundos por una sartén pincelada de aceite. Trocearlos lo finamente que se quiera, y añadirlos a las espinacas escurridas.
     Poner en un cazo las cabezas y cáscaras de las gambas y cocer durante 15 minutos, con unos 100 gr de agua y un poco de sal. Al terminar, colar el caldo, y chafar bien las cabezas con una mano de mortero, para extraer bien todo el jugo. Reservar.
     En una sartén antiadherente, poner la mantequilla y el aceite, y cuando estén calientes, añadir la harina, dándole vueltas para dorar bien por todas partes. A continuación, añadir las espinacas, las gambas, la leche caliente y el caldo de las gambas. Si no queremos que  se noten los tropezones, en éste momento daremos un golpe con la batidora, teniendo cuidado de que la sartén no se ralle. Ir removiendo con las varillas hasta que no queden grumos. Cuando empiece a espesar, probamos el punto de sal, y cuando empiece a hervir, lo retiramos del fuego, y lo pasamos a un recipiente donde quede bastante extendido, tapamos con papel film apoyado en la superficie de la masa, para que no se forme costra, y lo dejamos reposar hasta el día siguiente.
     En el momento de prepararlos, cogemos la pasta Orly, cortamos porciones de 60-70 gr de la masa, las pasamos por la salsa, y las freímos en aceite de oliva virgen extra caliente, hasta que estén doradas por ambos lados. Dejamos escurrir sobre papel absorbente, y servimos calientes.
     La leche vegetal no ha supuesto ningún problema, además no tenía ningún azúcar añadido. Las gambas que he utilizado eran congeladas, y la diferencia de precio para la cantidad que necesitaba, no merecía la pena, así que en lugar de la gamba arrocera que indica Susana, puse listada pequeña, muchísimo más sabrosa.
   


Salmorreta

     A pesar de que hace muchos años que vivo en la provincia de Alicante, hace relativamente poco que sabido de esta salsa. Es algo nuevo en mi vida, como la batidora que he estrenado para confeccionarla, y espero saborearla con un buen arroz de pescado, en cualquiera de sus modalidades, después de una buena ruta por cualquiera de las hermosas montañas alicantinas que me rodean, cosa que también es nueva para mí, y en una muy buena compañía también, aunque ahí espero aunar la nueva con la de siempre.
     He visto muchas recetas, y como no podía ser de otra manera, todas son ligeramente diferentes. Yo he utilizado la de Mercado Calabajío, que al fin y al cabo, fue donde la descubrí.

Ingredientes

  • 4 ajos
  • 4 ñoras
  • 4 tomates de pera maduros
  • Una ramita de perejil
  • Aceite de oliva virgen extra

     En una sartén ponemos unas 4 cucharadas de aceite, y doramos los ajos, pelados, manteniéndolos a fuego lento, durante unos 5 minutos por cada lado.
     A continuación echamos las ñoras, a las que previamente habremos quitado el pezón y las semillas. Damos unas vuelas sin despistarnos, tardarán solo unos segundos, y enseguida se queman, así que no hay que desviar la atención.
     Los ajos y las ñoras los echamos en el vaso de la batidora, así como las hojas del perejil, y ponemos los tomates limpios y partidos en octavos, en el aceite. Los vamos rehogando a fuego lento, durante 30-40 minutos.
     Cuando están ya bien hechos, los echamos al vaso de la batidora y trituramos bien. Debe resultar una pasta espesita. Si fuese demasiado espesa, podemos añadir un par de cucharadas de agua o de fumet de pescado si tuviéramos a mano. Pero lo ideal es una consistencia que se pueda coger a cucharadas sin que se desparrame.
     Y ya está. Lo podemos utilizar ya, lo podemos guardar en la nevera en un frasco bien cerrado, o lo podemos congelar.
     Cuando vayamos a hacer nuestra paella de marisco, arròs del senyoret, fideuá, o cualquier otra forma de arroz y pescado, tomaremos una cucharada de salmorreta por persona, y la añadiremos en en cuanto esté preparado nuestro sofrito habitual. Y a disfrutar.

Pasta Orly

     Con este nombre he encontrado diferentes recetas, pero ésta es la que encontré en el blog webos fritos para rebozar unas croquetas, que me resultó deliciosa, ligera, y me sorprendió porque no salpicaba nada cuando echaba las croquetas en la sartén, cosa que ocurre con otras pastas de fritura.

Ingredientes
  • 1 huevo
  • 75 gr de harina
  • 8 cucharadas de agua fría
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra frito y frío
  • Sal
     Preparé el agua y la metí en el congelador al empezar a hacer la receta.
     No tenía aceite frito, por lo que puse aceite crudo.
     Separamos la clara de la yema. La clara se bate a punto de nieve.
     En un plato hondo ponemos la yema, un poco de sal, y con unas varillas manuales, vamos mezclando ésto y añadimos la harina, el aceite y el agua.
     Incorporamos la clara a punto de nieve y mezclamos bien.
     Introducimos el elemento a rebozar: gambas, alcachofas, croquetas, calamares, bacalao, aros de cebolla..., envolvemos bien, y llevamos a la sartén, con el aceite bien caliente.

Caballa en adobo

     La caballa es un delicioso y económico pescado azul que a mí me gusta de muchas maneras, y así no la había probado nunca. La vi en Recetines Asgaya y la he hecho enseguida, con un  pequeño cambio, el vinagre zumo de limón, que a mí no me gusta demasiado el vinagre. Repetiré.

Ingredientes

  • 1 caballa grande
  • Sal
  • Pimentón dulce
  • Orégano
  • Comino molido
  • Ajo en polvo
  • Zumo de limón
  • Harina de fritura
  • Sémola de trigo fina

     Pedimos en la pescadería que nos corten la caballa en rodajas de 1 cm más o menos. las lavamos bien para eliminar la sangre. Las ponemos en un recipiente estrecho, para que estén bien cubiertas del líquido. Espolvoreamos con el ajo, sal, pimentón, comino y orégano, y cubrimos con el zumo de limón, y la dejamos marinar, yo la he tenido toda la tarde. Y María le pone también laurel, que a mí se me olvidó.
     Mezclamos a partes iguales la harina con la sémola.
     Sacamos la caballa del adobo y la secamos con papel de cocina. enharinamos, y ponemos sobre un colador para eliminar el exceso de harina, y freímos unos minutos en aceite bien caliente.
     Delicioso.

Quiche de espárragos y gambas

     Tenía por el congelador una bola de masa quebrada casera congelada, y me decidí a hacer esta quiche, que le he copiado a Susana, como también le había copiado la masa quebrada, que congela estupendamente.

Ingredientes

  • Una lámina de masa quebrada
  • Un manojo de espárragos verdes
  • 1 puerro
  • 250 gr de champiñones
  • 200 gr de gambas
  • 1/2 cebolla dulce
  • 300 ml de nata para cocinar
  • 3 huevos
  • 2 yemas
  • 4 cucharadas de aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta

     El día anterior, sacamos la masa del congelador a la nevera, para que se vaya descongelando.
     Precalentamos el horno a 200ºC, calor arriba y abajo.
     Estiramos la masa, untamos el molde de mantequilla, extendemos bien la masa, empujándola en los rincones ayudados por una bolita de masa. Si se nos crea algún agujero, lo remendamos con otro pegote de masa. Recortamos bien la que sobra. pinchamos toda la superficie con un tenedor, ponemos un papel de hornear y repartimos unos garbanzos por la superficie. Metemos en el horno durante unos 12-15 minutos, sin que se llegue a dorar, sacamos y reservamos.
     Mientras está en el horno, lavamos bien las verduras y las troceamos.
     El champiñón lo pasamos por una sartén con aceite sólo lo justo para que suelten el agua, y los ponemos a escurrir en un colador.
     Los espárragos, los escaldamos 3 minutos en agua hirviendo, y los escurrimos.
     Pelamos las gambas, las salpimentamos, y las pasamos ligeramente por la sartén con un poco de aceite.
     El puerro y la cebolla, muy picados, los hacemos en la sartén con el resto del aceite, y cuando estén hechos, los escurrimos también.
     En un bol mezclamos la nata, los huevos, las yemas,  sal y  pimienta. Añadimos los campiñones, la cebolla y el puerro, y mezclamos bien. Depositamos sobre la masa semihorneada, repartimos por encima las gambas y los espárragos, y volvemos a meter en el horno durante 15 minutos, o hasta que esté cuajada, aunque jugosa. Sacamos del horno y desmoldamos. Lo suyo es tomarla caliente o tibia. O a temperatura ambiente, pues te la puedes llevar a algún sitio, sin desmoldarla.

Arroz con patas

     Hay guisos que forman parte de nuestro menú habitual durante largos periodos de tiempo. Y nos encantan. Un día, sin saber por qué, desaparecen de nuestra mesa. Y no los echamos en falta, hasta que, por casualidad, un día vemos ese ingrediente, o recordamos, o....Eso me pasó a mí al encontrar las patas de cordero en la carnicería. Durante mucho tiempo, era una plato habitual en casa de mis padres, y nos gustaba mucho a todos. Y de eso han pasado más de 20 años. Cuando en el mostrador de la carnicería vi las patas, no me cupo la más mínima duda. Gracias a que tenía la receta apuntada, pude recuperar el plato que nos hacía mi madre. Muy rico, un arroz de cuchara para el invierno, y aunque en la foto aparezca  seco, es caldoso.

Ingredientes

  • 2 patas de cordero por persona
  • Garbanzos
  • 1 hueso de jamón
  • Tomate rallado
  • 2 ajos
  • Aceite de oliva
  • Arroz
  • Azafrán

     La víspera, ponemos en remojo los garbanzos y el hueso de jamón.
     El día de autos ponemos al fuego una olla con agua y el hueso de jamón. Cuando hierva, añadimos los garbanzos y dejamos cocer.
     Aparte, ponemos el aceite en una sartén y vamos sofriendo las patas, y echándolas a la olla. Una vez sofritas todas, freímos el tomate y los ajos bien machacados, y también lo añadimos a la olla.
     Requiere bastante cocción por los garbanzos y las patas. También puede cocerse en la olla exprés, pero cociendo después unos 20-30 minutos con la olla destapada, para que el caldo coja cuerpo.
     Añadimos unas hebras de azafrán.
     Una vez bien cocidas patas y garbanzos, añadimos la sal, probamos y cocemos el arroz.
     Y servimos los platos. Y volvemos a la casa de mis padres, un domingo a mediodía, a comer un delicioso arroz con patas.


Centollo

     A mí me encanta el marisco, pero a mi familia no, así que lo hago muy de vez en cuando, y ésta ha sido una de esas veces, ya que tenía invitados, y me he dado un homenaje.

Ingredientes

  • Centollo
  • Agua
  • Sal

     Para cocer el centollo, hay que poner una olla con agua y sal, en proporción de 70 gr de sal por litro de agua. Si el centollo está vivo, se pone en la olla con agua fría, que quede cubierto, y se va calentando el agua gradualmente. Si el centollo está muerto, lo podemos echar directamente en el agua hirviendo.
     Cuando hierva el agua, se cuenta el tiempo, dependiendo del tamaño del centollo. El mío no llegaba al kilo y lo tuve 15 minutos.
     Leo en muchos sitios que se echa laurel al agua, pero a mí no me gusta que se enmascare con el laurel el sabor del marisco, y nunca lo pongo.
     Y ya sólo nos queda la presentación. Separamos la zona abdominal y utilizamos el caparazón como recipiente, después de quitar todas las telas y partes duras. En cuanto a las patas, las separamos del cuerpo y les damos unos golpes con un martillo de madera (yo no tenía y usé el martillo de toda la vida). y una vez preparado para que sea más fácil de comer en la mesa, lo disponemos armoniosamente en una fuente, y a la mesa.

Sopa de miso

     Una sopa que he descubierto recientemente y que me encanta, pues tiene un sabor muy delicado, y me resulta muy reconfortante. Quizá porque la primera vez que la tomé estaba en un sitio desconocido, haciendo algo muy nuevo para mí, rodeada de personas desconocidas, excepto una amiga, en mi cumpleaños, y en una noche fría en medio de la montaña. Esto queda en mi recuerdo asociada a esta sopa, y me encanta recordarlo cada vez que la hago.

Ingredientes

  • Caldo dashi
  • Alga wakame rehidratada
  • 1 cucharada de miso blanco por comensal
  • Tofu


     No sé si esta es la versión original, y si no lo es, pido disculpas a los japoneses, que a mí también me molesta ver a qué llaman paella a veces, pero es la que yo hago, sacada del blog  Japonísimo, y a mí me gusta mucho.
     Empezamos por calentar el caldo sin que llegue a hervir, apartamos un poco y en él disolvemos el miso, que no debe hervirse para que no pierda sus propiedades, lo volvemos a incorporar al cazo, añadimos el alga y el tofu, calentamos sin hervir, y servimos en los cuencos.
     Y, como he leído en ese blog, la sopa admite variaciones. Yo a veces le pongo el tofu frito, también le he puesto verduras cortadas muy finas, las suelo cortar con el pelapatatas, tales como cebolleta, zanahoria, champiñones, setas shitake,....e incluso una vez le puse fideos de arroz.
     Esta sopa y este ingrediente ya ha pasado a formar parte de mi cocina habitual, porque me encanta.


Pan de espelta

     Un nuevo tipo de pan. me ha salido menos esponjoso que el normal, pero está muy bueno. la receta la he sacado del blog Pepebar.


Ingredientes

  • 600 gr de harina integral de espelta
  • 50 gr de levadura fresca
  • Una cucharadita de sal
  • Una pizca de azúcar
  • 360 gr de agua tibia

     Desmenuzar la levadura en la harina, añadir la sal y el azúcar,  el agua, amasar 8 minutos en la amasadora , con el gancho, velocidad 1-2. Poner en un cuenco aceitado, tapar y dejar reposar 45-60 min, en un sitio cálido. Hacerle la greña con un cuchillo bien afilado ( yo tengo un cutter en exclusiva para este menester).
     Volver a amasar, dar forma al pan y ponerlo sobre una bandeja, molde,...dejar reposar otros 30 min.
     Precalentar el horno a 200ºC, pulverizar agua en el suelo y paredes para generar vapor y que la corteza sea mejor (hacerlo también a media cocción),meter el pan y hornearlo durante unos 30 m. al golpearlo, debe sonar hueco.
     Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.

Tofu frito

     La temporada en que Rodrigo fue vegetariano, me sirvió para investigar muchas cosas y conocer nuevos sabores. Él ha vuelto al redil, como dice Juanma, pero la que se está saliendo un tanto  soy yo ahora.
     El tofu es un producto derivado de la soja, que nos aporta proteínas vegetales, y....que no sabe a nada. uo lo camuflo utilizándolo como carne en los guisos tradicionales, y añadiendo diferentes especias, según lo que quiero conseguir. Además tiene una textura quebradiza, pero encontré esta manera de hacerlo un poco más firme, y así me gusta bastante más. Así que ésto, más que una receta, es un procedimiento, el tofu así hecho, con o sin especias, lo podemos utilizar a nuestro gusto.

Ingredientes

  • Tofu
  • Especias
  • Aceite

     en realidad, lo único que hay que hacer es comprar un paquete de tofu normal, básico, secarlo bien con papel de cocina, envolverlo en varias capas de papel absorbente, volver a envolver el conjunto con un paño de cocina limpio, y dejar reposar en la nevera, con un peso encima, durante varias horas.
Pasado este tiempo, lo sacamos,, desenvolvemos, y cortamos en cubos, tiras o como más nos acomode, con ayuda de un cuchillo afilado. Lo espolvoreamos de las especias que queramos, aunque este paso también podemos hacerlo antes de envolverlo en el papel, y lo pasamos por la sartén, pincelada de aceite, a fuego medio, y dorándolo por todas sus caras. De esta forma, se forma una costra bastante interesante, que le aporta una textura que, al menos a mí, me encanta.

Tajine de verduras

     Me enamoró este guiso. Lo probé de manos de un gran cocinero, que lo tuvo al amor del fuego durante casi 3 horas, en un tajine de barro marroquí auténtico. Las verduras estaban deliciosas, caramelizadas, tiernas....Yo no tengo tajine (de momento, jajaja), así que he utilizado una cocotte en mi cocina de inducción,, ya que el fundamento es el mismo, hacer a fuego muy lento. El tajine tiene un pequeño orificio por donde sale el vapor, y un hueco para poner agua fría, de modo que el vapor que sube, se enfríe y caiga de nuevo sobre el guiso. mi cocotte tiene también algo parecido, y eso fui haciendo, poner agua fría e ir renovándola de vez en cuando. No estaba tan delicioso como el de Amin, pero estaba muy rico. No descarto hacerlo en un tajine, utilizando el paellero.

Ingredientes

  • Calabacín
  • Cebolla
  • Coliflor
  • Pimiento
  • Alcachofas
  • Champiñones
  • Judías verdes anchas
  • Zanahoria
  • Berenjena
  • Patata
  • Tomate
  • Aceitunas picantes
  • Orejones
  • Dátiles
  • Limones a rodajas
  • Canela en rama
  • Ras el hanout
  • Sal
  • AOVE
  • Cuscus para acompañar

     Troceamos las verduras, las sofreímos en el aceite, añadimos los dátiles, los orejones, las aceitunas, la canela en un par de trozos, las especias y removemos bien, disponiéndolo todo de forma que cubra el fondo del recipiente. Ponemos un poco de agua para que se genere el vapor, y cubrimos con unas rodajas finas de limón. Tapamos y dejamos cocinar a fuego muy bajo, durante 2 horas y media.
     Si lo vamos a acompañar de cuscús, pues cocemos éste, y a la hora de servir, un poco de cada cosa en el plato, y a disfrutar de esos deliciosos sabores.

Caldo Dashi

     Tantas cosas hay para descubrir....en todos los campos. Este caldo ha sido uno de mis últimos descubrimientos. Tradicional de la gastronomía japonesa, forma parte de la cocina macrobiótica, me ha servido para adentrarme en el mundo de las algas, y es fácil de hacer y bien reconfortante para esta fría primavera que acabamos de inaugurar. Y es la base para muchas otras preparaciones, como la sopa de miso, el ramen, tec.
     Este caldo, tradicionalmente, se prepara utilizando alga Kombu y copos de bonito seco (katsuobushi), pero también existe la versión vegetariana, donde para dar sabor, utilizamos setas shitake, y éste es el que yo he hecho.

Ingredientes

  • 600 ml de agua
  • Un trozo de alga kombu  seca (del tamaño de una postal)
  • 3 setas shitake 

     Limpiamos el alga con un paño húmedo para quitarle la capa blanca, y la ponemos en remojo, unos 20 minutos, para rehidratarla. entonces la ponemos en un cazo junto con el agua y las setas limpias, y lo llevamos a ebullición a fuego medio, debe tardar unos 10 minutos en empezar a hervir. Cuando aparezcan las primeras burbujas, retiramos el alga del cazo. Dejamos hervir 5 o 10 minutos, apagamos el fuego, colamos, y ya tenemos el caldo listo para ser utilizado.
     Este caldo se encuentra también en versión instantánea. Hay quienes dicen que no se debe congelar, y otros que sí. Fundamentalmente se refieren al sabor, así que, cada uno que haga lo que deba. Realmente, no cuesta nada de preparar, pero a veces, a mí al menos, se me va la mano con las cantidades.

Buñuelos de calabaza

     Estas fallas han sido diferentes. Es la primera vez que no voy a mi Valencia en, al menos, 18 años. Las cosas vienen como vienen, y no hay que forzar, pues , como decía mi madre, "Hasta el cantar quiere ganas". Y este año ha venido así. Y, entre las muchas diferencias, he hecho, por primera vez, buñuelos de calabaza. Ha sido una experiencia bonita, Vero y yo hemos hecho una mezcla de recetas de las que hemos encontrado, y nos han salido unos buñuelos deliciosos, con el fallo de que la calabaza utilizada no ha sido la apropiada, que tiene que ser la chata y redonda, la valenciana. De todas formas, estaban muy buenos, y ya lo sabemos para la próxima vez.
     He descubierto un refrán valenciano que me encanta: "Cada santet té el seu dolçet". Y es bien cierto, en muchas culturas. Tenemos los bollos de santa Lucía, el Roscón de reyes, las coronas de Santa Orosia, los rollos de san Blas, la tarta de Santiago, la coca de San Juan,......Y los buñuelos de calabaza de San José. El olor de los buñuelos, el de la pólvora quemada y el del azahar, son los que conforman el olor de las fallas. Así que hoy, Día de San José toca ésto.

Ingredientes

  • 400 gr de puré de calabaza
  • 300 gr de harina de fuerza
  • 30 gr de levadura fresca
  • Una pizca de sal
  • Un par de cucharadas de azúcar (según el dulzor de la calabaza)
  • Aceite de girasol para freír
  • Un chorrito de vinagre.

     Asamos calabaza. Aunque también puede hervirse, o hacerse al vapor. Nosotras leímos que, asándola, obtendríamos unos buñuelos de mejor sabor y color, y eso hemos hecho. Pero puede también hervirse, o bien hacer al vapor, con el fin de que coja menos agua. Una vez cocinada de la manera que decidamos, la trituramos para obtener el puré, y tomamos 400 gr.
     Cogemos la levadura fresca y la deshacemos, desmenuzándola con los dedos dentro de la harina. Esta vez he utilizado harina de fuerza, pero sólo lo leí en un sitio, el resto no especificaba el tipo de harina. Ya deshecha, lo añadimos al puré de calabaza, mezclándolo bien. Si la calabaza no es muy dulce, podemos incorporar un par de cucharadas de azúcar. Añadimos también una pizca de sal. Amasamos bien, y dejamos reposar, tapado y en un sitio cálido, hasta que la masa doble su volumen.
     Ponemos en una sartén honda o en una cacerola, abundante aceite de girasol a calentar. También hemos leído que, añadiendo un chorrito de vinagre al aceite, los buñuelos quedan menos aceitosos, así que, obedientes que somos, así lo hemos hecho. Y realmente, no han quedado nada aceitosos.
     Cuando el aceite esté caliente, vamos cogiendo pellizcos de la masa con los 4 dedos de la mano, y, mientras lo echamos en la sartén, con el dedo pulgar hacemos un agujero en el centro del pellizco de masa. No los haremos demasiado grandes, para que no se vayan al fondo de la sartén debido a su peso excesivo, y los haremos a fuego medio, con el fin de que no se quemen por fuera mientras por dentro siguen crudos. Los freímos hasta que estén dorados, dándoles la vuelta cuando ya están hechos por un lado, y los sacamos a un plato sobre papel absorbente. Si queremos, espolvoreamos con azúcar, o los servimos junto a ella para que cada cual se los endulce a su gusto.
     Nos han salido unos buñuelos esponjosos, muy ricos, a pesar de que hemos usado una calabaza poco dulce, excesivamente fibrosa y con un sabor particular. Pero los próximos, estarán de mayor vicio.
     Y así, junto con un delicioso chocolate, acompañada de unos excelentes amigos, y comunicándome por whatssapp con mis hijos, he pasado una muy buena mañana de San José, atípica y diferente, pero buena. En la filosofía de éste día, festividad del patrón de los carpinteros, va el deshacerse de las cosas viejas, inservibles, limpiar la basura del taller y hacer una gran hoguera, que ponga luz donde había oscuridad y que de la bienvenida a la primavera, que "per la senda de les flors ja ve l´estiu". Confiemos en que lo mejor está por llegar. Amén.

Cuscús T´faya de Verduras

    La verdad es que no sé muy bien como etiquetar este plato, que encontré navegando en este blog. Parece ser una receta árabe clásica, a la que también se le puede añadir carne, además de variar las verduras a nuestro gusto. Yo no le he puesto el nabo, y estoy rectificando la cantidad de verduras, porque para mí, las de la receta se quedaban cortas. Sorprendente y deliciosa. Hasta a mi madre le ha gustado, que ha arrugado la nariz cuando le he dicho lo que era.

Ingredientes
Cuscús
  • 300 gr de cuscús
  • 150 gr zanahoria
  • 150 gr de calabaza
  • 150 gr de calabacín
  • 150 gr de pimiento verde
  • 1 cebolla
  • 1 tomate
  • 200 gr de garbanzos cocidos
  • 3 hebras de azafrán
  • Sal
  • Pimienta
  • 1 cucharadita de jengibre
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • 1 cucharadita de comino
  • Mantequilla
  • AOVE
T´faya
  • 75 gr de pasas
  • 50 gr de dátiles
  • 50 gr de almendras fritas
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1 cucharadita de agua de azahar
  • 1 cebolla
  • AOVE
  • 50 gr de azúcar moreno
  • 1 cucharada de miel
     Hidratar las pasas y los dátiles.
     Lavar y trocear las verduras.
     Pochar la cebolla, añadir el tomate y sofreír. Cubrir con agua, añadir el pimiento y la zanahoria, y dejar cocer 5 minutos. Agregar el comino, cúrcuma, jengibre, sal, azafrán, pimienta, calabaza y calabacín, y dejar cocer 15 minutos, hasta que estén tiernos. Agregar los garbanzos, mezclar bien y reservar el caldo.
     Cocer el cuscús, utilizando para ello la misma cantidad de agua que de caldo de cocer las verduras, a razón de 1 parte de líquido por cada parte de cuscús. Lo llevamos a ebullición, añadimos el cuscús, apagamos el fuego, tapamos y dejamos reposar entre 5 y 7 minutos (según instrucciones del fabricante, ésto y la cantidad de líquido). Agregamos la mantequilla y soltamos el cuscús con un tenedor.
     Ponemos el cuscús cocido en el centro del plato, y lo rodeamos con el guiso de verduras.
     Para preparar la T¨faya, pochamos la cebolla muy picada, agregamos la miel y la canela, las integramos, añadimos 1 vaso de agua, y cocinamos 10 minutos, hasta que reduzca un poco. Añadimos el agua de azahar, las pasas y dátiles hidratados, el azúcar moreno, y reducimos el conjunto hasta obtener una consistencia de salsa. Agregamos las almendras, mezclamos y salseamos el cuscús.
     Una receta diferente en mi cocina. Con la que aprovecho para felicitar a todo el mundo este año que acaba de comenzar. Feliz 2018.