Angel food cake

     En tres días lo he hecho dos veces y no ha sobrado nada. A mis hijos les han hecho chirivitas los ojos al ver el segundo. Es un pastel delicioso, ligero y a prueba de niños, porque no suelta ni una miga. No lo he querido hacer hasta no disponer del molde adecuado. Y la verdad, ha sido un acierto. El molde es de muy buena calidad, y se desmolda con gran facilidad. Y no cuesta nada limpiarlo. La receta es de Bea, aunque yo he rebajado un poco la cantidad de azúcar.

Ingredientes
  • 12 claras de huevo (pueden ser pasteurizadas)
  • 1/4 cucharadita de cremor tártaro
  • 1/4 cucharadita de sal
  • 220 gr de azúcar glas
  • 1 cucharada de extracto de vainilla
  • 120 gr de harina
  • Azúcar glas para espolvorear
     He hecho una mezcla con varias recetas del blog de Bea sobre el mismo pastel, en diferentes versiones. Delicioso.
     Precalentamos el horno a 170ºC.
     Tamizar la harina y el azúcar por separado y reservar.
     Pasamos una servilleta de papel empapada en zumo de limón por el molde, el bol de la batidora y las varillas, para que no  quede ni rastro de grasa.
     Ponemos las claras en el bol de la batidora. Tamizamos sobre ellas la sal y el cremor tártaro, y batimos a velocidad baja hasta que el cremor se disuelva. Subir la velocidad a media y batir 2 ó 3 minutos más, hasta que las claras hayan montado y consigamos picos blandos, es decir, que caigan hacia un lado.
     Entonces ponemos la máquina en marcha a velocidad media y vamos echando el azúcar a cucharadas, hasta que la terminemos. Las claras deben tener un aspecto brillante en este momento. Incorporamos el extracto de vainilla y batimos 1 minuto más a velocidad media. Si las claras se sueltan un poco, batimos un par de minutos más.
     Bajamos la velocidad e incorporamos la harina a cucharadas, hasta que no quede rastro de ella. Las claras tendrán un aspecto suave y esponjoso.
     Echamos la mezcla en el molde QUE NUNCA DEBE ENGRASARSE, ayudándonos de la espátula, para asegurarnos de que se reparte de forma uniforme y llega bien a la base. Alisamos la superficie y metemos el molde en el horno durante unos 40 minutos sin abrir el horno. Si insertamos una brocheta y sale seca, ya está. Si no lo dejaremos 5 minutos más, y así sucesivamente, aunque Bea dice que el proceso no debería durar más de 50 minutos.
     Con mucho cuidado, sacamos el molde del horno y le damos la vuelta, dejándolo enfriar boca abajo, sobre sus patitas, para que las proteínas de la clara, que se endurecen al enfriarse, no se deshinchen. Pasados unos 45 minutos,  insertamos una espátula entre el cake y el molde, pasándola por todo el contorno a ser posible en un solo movimiento. Hacemos lo mismo por el tubo del molde, y le damos la vuelta sobre un plato, ya que la base es desmontable. Entonces pasamos la espátula por la base del molde, y éste queda totalmente despegado. Lo ponemos a anfriar sobre una rejilla, al menos 1 hora. Y voilà, un delicioso pastel sin nada de grasa, que no suelta migas, que se hace rápido.... Para servirlo, lo espolvoreamos con azúcar glas, y lo cortaremos con  un cuchillo de sierra.
     El cremor tártaro se emplea para estabilizar las claras, pero también reduce el ph, con lo que se consigue una migas más blanca (ésta información también es de Bea, no mía).
     De la misma forma, podemos poner el aoma que más nos guste, e incluso unas gotitas de colorante a juego con el sabor. En el blog de Bea hay muchas ideas de éste (y otros ) dulces.

   

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